La principal diferencia entre el grabado en frío y el grabado en caliente radica en el proceso y los costos asociados. Las máquinas de grabado en frío permiten realizar diseños y relieves de manera mucho más sencilla y económica, ya que no requieren el uso de calor. Este tipo de grabado, sin embargo, suele ser más superficial debido a la ausencia de temperaturas elevadas que faciliten una mayor penetración en el material.
Por otro lado, el grabado en caliente permite obtener relieves más profundos y marcados, pero implica un proceso más costoso, ya que requiere calentar el material mediante un horno de propano u otros sistemas térmicos. Este calentamiento aumenta la complejidad y el gasto energético de la operación.
Un ejemplo de maquinaria de grabado en frío es la Noa 60 de Nargesa, que permite trabajar sobre pletinas, tubos y macizos metálicos sin necesidad de aplicar calor. Esta máquina ofrece una solución eficiente y rentable para realizar grabados decorativos o funcionales sin comprometer la integridad del material ni requerir equipos de calefacción adicionales.
Las máquinas de grabado, especialmente las de grabado en frío, están diseñadas para trabajar principalmente con materiales metálicos, en especial los materiales férricos. Entre los más comunes se encuentran:
De todos ellos, los materiales más utilizados con fines decorativos son:
Estas características hacen que las máquinas de grabado en frío sean una excelente opción para trabajar con una amplia variedad de metales en proyectos decorativos o industriales, sin necesidad de aplicar calor.
Sí, es posible grabar logotipos personalizados, letras, formas y patrones variados con las máquinas de grabado de la marca Nargesa. Estas máquinas utilizan un sistema de rodillo grabador, que permite aplicar diseños personalizados sobre distintos tipos de materiales metálicos.
El único aspecto técnico a tener en cuenta es que, al tratarse de un rodillo, el diseño queda condicionado por el diámetro del mismo, lo que determina la longitud total del grabado antes de repetirse. Por ejemplo, un rodillo con un diámetro de 100 mm tiene un desarrollo (longitud del diseño) de aproximadamente 314 mm. Esto significa que cada 314 mm, el patrón grabado se repetirá sobre la barra, tubo o pletina que estemos utilizando.
En la mayoría de los casos, esto no representa una limitación, ya que los diseños suelen ser repetitivos por naturaleza, especialmente en aplicaciones decorativas o ornamentales. No obstante, es importante considerar este factor al diseñar logotipos o elementos únicos para asegurar que se adapten correctamente al formato del rodillo.
Sí, todas las máquinas de grabado Nargesa están diseñadas para permitir el cambio rápido de rodillos, lo que facilita una mayor eficiencia operativa. El proceso de sustitución es muy sencillo y no suele tomar más de 2 minutos. En un entorno de producción actual, donde el tiempo del operario tiene un valor cada vez mayor, este tipo de soluciones es clave para mejorar la productividad. La rapidez en el cambio de rodillos permite realizar ajustes de diseño o personalización de piezas sin detener el ritmo de trabajo, optimizando así los tiempos de fabricación y reduciendo costos operativos.
El grabado en frío sobre perfiles metálicos con máquinas Nargesa ofrece una precisión máxima. El proceso es altamente fiable, ya que la máquina reproduce con exactitud el diseño grabado en el rodillo, garantizando que cada repetición sea idéntica a la anterior. Cualquier variación en el resultado final no proviene del diseño en sí, sino de la profundidad del marcado, la cual puede ajustarse según la preferencia del operario. En cuanto al diseño, no hay desviaciones: se mantiene constante durante todo el proceso.
Además, estas máquinas han demostrado una gran durabilidad y rendimiento. Según la experiencia de clientes que trabajan con ellas durante más de 8 horas diarias, los rodillos comienzan a mostrar signos de desgaste solo después de 7 u 8 años de uso continuo, lo cual equivale a miles de kilómetros de pletinas o tubos grabados.
Esta combinación de precisión, repetibilidad y durabilidad convierte al grabado en frío con rodillo en una solución altamente eficiente y confiable para trabajos a gran escala.
El grabado en frío con rodillo tiene múltiples aplicaciones en el ámbito de la carpintería metálica y la cerrajería, tanto a nivel decorativo como funcional. Algunas de sus principales utilidades son:
Gracias a su precisión, bajo coste operativo y facilidad de uso, este tipo de grabado se ha convertido en una herramienta muy valorada por cerrajeros, carpinteros metálicos y fabricantes de estructuras decorativas.
Sí, este tipo de grabado en frío es totalmente compatible con la producción en serie. De hecho, las máquinas de grabado por rodillo de Nargesa están diseñadas para operar de forma continua, repitiendo el mismo patrón con altísima precisión y uniformidad a lo largo de grandes cantidades de material.
Gracias a la rapidez en el cambio de rodillos, el bajo mantenimiento, y la resistencia al desgaste de los componentes, estas máquinas permiten trabajar durante jornadas prolongadas sin pérdida de calidad en el grabado. Esto las hace ideales para líneas de producción donde se requiere grabar miles de metros de tubos, pletinas o perfiles con un mismo diseño o logotipo. Además, al no requerir calor, el proceso es más eficiente energéticamente y más seguro, lo que reduce los costes operativos y facilita su integración en entornos industriales. En resumen, es una solución perfectamente adaptada para fabricación en serie, tanto en grandes volúmenes como en lotes medianos de producción.
Los rodillos grabadores utilizados en las máquinas de grabado en frío requieren un mantenimiento mínimo, lo que los convierte en una opción muy práctica y rentable a largo plazo.
Estos rodillos están fabricados en materiales de alta resistencia, preparados para soportar largas jornadas de trabajo sin perder precisión ni calidad en el grabado. Según la experiencia de usuarios que operan las máquinas más de 8 horas al día, el rodillo comienza a mostrar signos de desgaste solo después de 7 u 8 años de uso intensivo, lo cual equivale a miles de kilómetros de material grabado.
Para asegurar su durabilidad, se recomienda:
Con estos cuidados básicos, el rodillo puede ofrecer un rendimiento óptimo durante muchos años, manteniendo la calidad del grabado sin necesidad de reemplazos frecuentes.
Sí, es posible grabar pletinas, tubos o perfiles galvanizados mediante el sistema de grabado en frío con rodillo. Sin embargo, no es un procedimiento eficiente ni recomendable en la mayoría de los casos. Esto se debe a que el paso del rodillo arrastra o elimina la capa de galvanizado, dejando expuesto el material base. Como resultado, es necesario volver a galvanizar la pieza después del grabado, lo que incrementa significativamente el coste y los tiempos del proceso. En cuanto a los materiales tratados térmicamente o con elevada dureza (por encima de 65 kg/mm²), tampoco son adecuados para el grabado en frío con rodillo. Debido a su dureza, el grabado no alcanza una profundidad visible, y el rodillo sufre un desgaste acelerado, reduciendo su vida útil de forma considerable.
Para estos casos, especialmente donde se requiera grabar superficies tratadas, endurecidas o ya galvanizadas, es más apropiado utilizar tecnologías como el grabado por láser, que permite marcar sin contacto, con alta precisión y sin afectar a recubrimientos superficiales.
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